Syntax is all around

Entendamos la evolución como la supervivencia de los mejores cuidadores y de los mejor cuidados.
George Lakoff.

Igual han pensado que abro con esta frase por su interés psicobiológico… Qué monos… Pues no. La pongo por lo siguiente:

Entendamos la evolución como la supervivencia de los mejores cuidadores y de los mejor cuidados.

Cuidadores y cuidados parecen palabras muy similares: ambas son masculinas y plurales, ambas llevan un artículo (los) y, sin embargo… ¿Qué es lo que ocurre para que mejor aparezca en plural delante de cuidadores, pero no delante de cuidados? Pues lo que ocurre es que cuidadores es un sustantivo de pleno derecho, mientras que cuidados no lo es: cuidados es un adjetivo (que viene del participio del verbo cuidar), aunque aparece sustantivado en este contexto, ya que el sustantivo al que se refiere está omitido (sería algo como los seres mejor cuidados). Como cuidadores es un sustantivo, mejores es un adjetivo y ambos concuerdan en número. Pero como cuidados es un adjetivo, mejor es un adverbio, así que no tiene número para concordar.

¿Y por qué les meto este rollo? Primero, porque me encanta. Y segundo, porque muchas veces la gente se pregunta (o lo que es peor: me pregunta) para qué vale la sintaxis que estudiaron en el cole. Pues para esto mismo: para entender (y maravillarse de) que las palabras tienen algo dentro que hace que se comporten de una manera o de otra. ¿O no es fantástico que si hubiéramos dicho los mejores cuidados y, por lo tanto, cuidados hubiera sido un sustantivo, ya no nos estuviéramos refiriendo a personas, sino a acciones (como en cuidados intensivos)?

Hoy, transcribiendo una entrevista, he encontrado un ejemplo inmejorable de la conciencia sintáctica de los hablantes. La que habla es una señora de un pueblo de Albacete, llamémosla María, y está hablando de que algunas personas «hablan peor» (los nombres son falsos):

Y puestos a decir la comida, la, la Juana aún: «La, la comía, voy a hacer la comía«. La Juana aún lo dice. […] Esa mujer, a ver, que es más antigua que nosotras. Es la comida. […] Como muchas veces digo: «La comía es lo que t’has comío ya, Juana.»
 

María nota una diferencia entre la comida con la /d/ (un sutantivo) y la comía sin la /d/ (que sería un adjetivo: ‘lo que ya te has comido’). Esto es fantástico, pues muchos de los trabajos que han estudiado la pérdida de la /d/ (Ya me lo he acabao to) han notado que se da antes en participios (he acabao, he comío) que en sustantivos (cazaor, comía). Parece que María ve esto clarísimamente.

Lo más bonito de la sintaxis, (pa mí, of course), es cuando los hablantes la cambiamos, para poder decir todo lo que queramos. Por ejemplo, es muy común estar escuchando la radio y oír Son las once, las diez para ti que nos escuchas desde Canarias. Para los que están en Canarias, esta frase no tiene más misterio. Sin embargo, para los que no lo estamos, puede ser (un pelín) chocante. ¿Y por qué? Porque siempre tiene un referente concreto: siempre se refiere a aquel al que hablamos. Por lo tanto, cuando le acompaña una oración relativa (como que nos escuchas desde Canarias), esta suele ser explicativa (que solo añade información extra) y no especificativa (que identifica a aquel del que se habla). Por ejemplo: Tú, que eres mi hermana, lo sabes mejor que nadie. Pero la radio es un contexto muy especial, en el que el que habla no tiene a sus interlocutores delante, así que se siente raro en la radio. Por ello, retorcemos un poquito la sintaxis a la que estamos acostumbrados y adaptamos la lengua a nuestras necesidades.

 Bueno, les dejo para que puedan cantar felices… I feel it in my fingers, I feel it in my toes… Love Syntax is all around me, and so the feeling grows…

10 comentarios en “Syntax is all around

  1. El ejemplo que das ilustra perfectamente el interés que aporta el análisis de idiolectos. Parece que esta mujer se ha creado una regla personal muy coherente y conceptualmente justificable. Digo que se la ha creado porque nadie, ninguna gramática, le dijo que ésa era la regla… de ahí que digas muy bien que tiene una gran conciencia lingüística. Sin embargo, la otra mujer no comparte esta regla, para ella, la -d- parece que «desaparece» siempre con lo cual también se ha creado un sistema coherente. Por eso estoy totalmente convencido de que el método idiolectal da cuenta mucho mejor de una situación de variación que el análisis de grandes corpus que sólo muestran tendencias. Es interesante ver cómo dos mujeres que viven en el mismo lugar (si no me equivoco) tienen dos sistemas diferentes (de los cuales uno es «visible» por la otra mientras que el sistema de la mujer que citas debe de ser invisible para la otra mujer), dos sistemas coherentes que difícilmente se podrían percibir si no se estudiaran idiolecto por idiolecto.
    Para resumir, me encanta el ejemplo porque confirma lo que ya me imaginaba.
    Gracias por compartir esta anécdota.
    Un beso

  2. Otra cosa interesante (se me había olvidado) es que esa mujer que se ha creado una regla personal que ninguna gramática cuenta, juzga muy negativamente a quien no sigue su regla… y es que la presión normativa siempre es muy fuerte incluso cuando la norma (la de verdad, la de la Academia) no dice ni aconseja nada al respecto.

  3. Creo que voy a discutirte un par de cosillas, Olivier… 😀 No es nada personal (por ahora). Lo cierto es que, aunque las dos mujeres viven en el mismo lugar, son de pueblos diferentes. De hecho, el ejemplo está extractado de un fragmento en el que «María» explica que los del otro pueblo (el de «Juana») hablan mucho peor… Ya sabes que no sé mucho del método idiolectal (en cuanto tenga un rato, me leeré los famosos artículos de Mario), pero me parece esencial trabajar con muchos idiolectos y ponerlos en relación de acuerdo con parámetros sociales y geográficos: creo que la variación es indisociable de ambos parámetros (especialmente el social). Por otra parte, creo que las «tendencias» no tienen nada de simples… 😀 Es imposible esperar un sistema absolutamente perfecto, incluso dentro de un idiolecto, están los errores de procesamiento y la variación interna… ¡Pero es genial que los idiolectos coincidan en sus tendencias cuando se toman en cuenta factores externos!
    Jajaja, a mí me encanta que te encante porque te reafirma.
    Lo que dices de la presión normativa es muy intereante… Me gustaría saber si la presión normativa era tal en ese mismo pueblo cuando prácticamente nadie había tenido acceso a la educación. Por cosas que dicen nuestros informantes, me da la impresión que empiezan a tomar conciencia normativa cuando sus hijos vuelven de la ciudad a la que se han ido a trabajar y les dicen que eso no se dice así, etc. En cualquier caso, es muy cierto que las variedades ajenas a la nuestra siempre nos despiertan cierto «rechazo» (el famoso «eso no se dice así»).
    Un beso, presquedocteur!

  4. Pues vaya… al leer el principio de tu comentario me dije: «Genial, por fin vamos a estar en desacuerdo Carlota y yo»… pues al final va a ser que no, que ni en eso estamos en desacuerdo. Precisamente, al final de la tesis propongo que se use este método en estudios sociolingüísticos y dialectológicos. Es evidente que hay variación social y geográfica pero eso no es compatible con el estudio de gramáticas individuales, es más, éste podría también ser útil para la descripción de esas variaciones. Precisamente porque cuando quieres estudiar un rasgo social o geográfico el estudio de idiolectos te puede permitir saber si ese rasgo lo comparten gente del mismo «mundo»…
    Por otra parte, claro que ningún sistema puede ser «perfecto», siempre habrá errores como tú bien dices. Pero puede haber coherencia (esta señora tiene un sistema muy coherente pero nadie puede afirmar que NUNCA produciría un «comía» para el nombre… se le puede escapar), y los errores no son incompatibles con esas gramáticas individuales.
    Tus observaciones sobre la normativa, lo de los hijos que vuelven de la ciudad y les dicen a sus padres que no se habla así, me parece muy interesante también.
    O sea, que al final seguimos de acuerdo… y ya te digo yo que tendremos que acabar trabajando juntos jejeje
    Otro beso pa ti. 😉

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