Oriente 2013

Con imperdonable retraso (mudarse lleva su tiempo), llega, ¡tatatachán!, la crónica de la última campaña COSER, Oriente 2013. Aunque ya nos estarán imaginando ustedes persiguiendo una estrella y cargaditos de oro, incienso y mirra, les hablo del Cercano Oriente (aunque por Campo de Mirra sí que pasemos): ese trocico donde el catalán, el aragonés (o al menos muchos de sus rasgos) y el castellano hacen frontera. Vean en el mapa, vean, lo que 23 encuestadores (Inés, Olga, Javi, Mónica, Jaime, Víctor, Emeli, Sergio, José Ignacio, Juliette, Ana, Bea, Elena y Elena, Fernando, José Luis, Judit, Álvaro, Quique, Araceli, Purificación, Yanina y una servidora) nos recorrimos en tan apenas seis coches: (un pelín de) Teruel, Castellón, Valencia, Alicante y Murcia.

El porrón de enclaves encuestados en Oriente 2013

 

Si la tiña envidia no les corroe aún, es porque no los entienden a nosotros, los filólogos, que disfrutemos muncho por ahi riba y por ahi bajo. Además hamos tenido una campaña de lo más especial, porque celebremos 25 años del COSER y la (casi) compleción de las entrevistas por la Península. Para ello, como no podía ser de otra manera, cayó algún señor arroz y algotro regalo especial, además de que contemos con la presencia de grandes figuras históricas de las encuestas. Aunque todavía no obra en mi poder la tradicional foto de grupo, en esta nos se ve a muchos:

 

A falta de una foto de todo el grupo, valga una en la que se observa la capacidad de no llamar la atención de los encuestadores COSER (ar fondo, tos junticos), mientras la jefa (Inés Fernández-Ordóñez, de rojo) prueba su propia medicina: una exhaustiva entrevista semidirigida.

 

*Update: ya tenemos fotico.

Todos. Bueno, falta Olga, pero ya es una costumbre suya. Lo más ordenadamente que puedo: Mónica, Juliette, Sergio, Quique, Yanina, Álvaro, Elena, Fernando, José Luís, Elena , Puri, Javi, Emeli, Víctor, Judit, Nacho, Irene, Carlota, Araceli, Jaime, Inés, Bea y Ana.
Fin del update*

 

Si me pongo a hablar del sinfín de fenómenos lingüísticos, documentados y por documentar, que nos encontramos, me vuelven a dar los sofocos y no acabo. Pero voy a aprovechar la coyuntura para colarles una pintada que se ve yendo por la A-3, en un puente a la altura de Cheste, y que viene pintiparada a la cuestión de los dialectalismos orientales.

 

 Fuente de la foto (en Internet están hasta las pintadas que ve una desde el coche)

 

Es bien sabido que los catalanoparlantes son muy de decir eso de habían muchos coches. No hay purista de buenas costumbres que no tuerza el gesto cuando se cruza un ejemplo de haber concordado: «¡Pero que es había, so bruto!». Claro que ya me van conociendo ustedes y saben que, como me llamen bruto a un hablante nativo, les tengo que soltar una colleja si están cerca y un espich si están lejos. El haber concordado no va a ser una excepción y a falta de collejas buenos son espiches.
 Lo cierto es que que haber concuerde con su objeto no es nada raro… Con un poquito de inglés que sepan ya ven por dónde voy, pues es precisamente lo que ocurre en esa lengua; que there is a car in the street, pero there are some more over there. Antes de que me acusen de hacer trampas, admitiré que hay una diferencia importante entre el inglés y el español en este tema (que, por cierto, se llama construcción existencial, por aquello de que informa de la existencia de algo). En inglés usan el verbo to be ‘ser/estar’ en la susodicha, por lo que parece lógico que aquello que es/está concuerde con el verbo, por ser su sujeto; mientras que en español usamos el verbo haber, que antes significaba ‘tener’ y, claro, lo que tenía era un objeto. ¡Ay, la lógica, qué risa! Fíjense, fíjense; resulta que, igual que en español existe la tendencia a hacer sujeto lo que hay mediante la concordancia con el verbo (habían coches), en inglés existe la contraria: hacer de lo que es y está objeto y fijar el verbo en singular (there’s cars). Que tantos hablantes no se aclaren nos dice que las dos posibilidades deben de tener sus ventajas y por eso la variación entre ambas es, además de natural (como toda la variación lingüística), frecuente.
 Voy con la pintada, que no se me olvida, no. Habrán crisis hasta que haya ética. Vaya ejemplo precioso les traigo; de esos que, si llevara alguien una tarde a la RAE (ejem, no es una sugerencia velada, ejem), se desataría el caos en la Docta Casa. ¡No será pa tanto! Pues sí que lo es, porque en este caso, la incorrección normativa le da mil vueltas a su versión «correcta», que ya debe estar agachada en un rincón, abrazándose las rodillas y balanceándose rítmicamente.  
 Crisis, sustantivo que nos es tristemente familiar, es un helenismo de estos que no cambian de forma en plural. Vamos, que a la lengua le da igual si la crisis es solo una y económica o si en realidad tenemos muchas crisis; económicas, políticas, de valores, del madridismo y no sé cuántas otras llevamos ya. De ahí que la forma estándar de nuestra frase, Habrá crisis hasta que haya ética, no solo sería ambigua acerca de la cantidad de crisis de que se habla, sino que en el contexto actual lo lógico sería interpretarlo como un singular: LA crisis, con artículo definido, la que lleva ya un tiempo echándonos a la calle, en todos los sentidos. Así pues, la única forma de decir lo que se quería decir sin ambigüedad posible y sin usar una sola palabra de más era pedirle al verbo que dejara claro que esas crisis eran varias: habráN crisis. Con esto ya no queda duda, no hablamos de LA crisis, sino de todas las crisis.
 La próxima vez que les enerve oír a alguien decir habían árboles o hubieron coches, acuérdense de que esta forma de hablar, sancionada (negativamente) por la oh-adorada-y-temida Real Academia Española, es más funcional que la sancionada (positivamente) por la misma.
 (Philologed, que diría Marshall Eriksen.)

8 comentarios en “Oriente 2013

  1. Algunas consideraciones:
    1. «Pintiparada» es una maravilla.
    2. «Cómo lo pasemos ayer» por «Cómo lo pasamos ayer» también se dice por los Montes de Toledo.
    3. En cuanto al «haber» para denotar existencia o presencia, también se usa por esos lares. «Habíamos siete para comer» por «Éramos siete para comer».

    Por lo demás, tus seguidores legos afinamos el oído en saliendo de la metrópoli para cazar alguna palabra o expresión nueva (muy vieja). Y he de decir que ya no torcemos el gesto al oírlas, por muy finolis que seamos. 🙂

  2. ¡Gracias por las consideraciones, Nano! Te respondo:
    1. 😀 Sí que lo es.
    2. Es cierto que la distribución de -emos es mucho mayor, me temo haber implicado que todas las cosas en cursiva eran orientalismos cuando no todas lo son.
    3. El «haber» existencial en 1ª persona del plural es lo más bonito que ha dado nuestra lengua y yo no sé cómo no está en los telediarios todo el rato. Y, por cierto, en nuestro corpus salen muy poquitos casos tan al norte en el occidente y (creo que) por ahora ninguno registrado en Toledo, así que me un día me plantaré en El Río con una caja de chocolates suizos y una grabadora… 😀 Es especialmente interesante que las distribuciones de «habemos» y «habían» no son coincidentes y, aunque hay zonas con ambas formas, me parece a mí que donde «habemos» es más sistemático es en el sur, mientras que «habían» es la norma en la zona de contacto con el catalán. Por cierto, ¿dicen por allí tambíen «¿Cuántos habéis para comer hoy?»? Haylo en 2ª persona, sí, a mí me provoca espasmos de felicidad.
    Me pone mucho contenta (esto sí que es oriental) estar manipulándoos efectivamente, pero me temo que para ganarse la consideración de lector lego hace falta NO haberse leído a Lapesa, ejem, ejem… 🙂

  3. Me encanta!!! Todo, las formas en cursiva (cierto es que las formas en -emos también las he oido en Zamora), la palabra «pintiparada», etc.
    Lo de «habian» también… no me habia dado cuenta de que era mas frecuente en el oriente (sera que leo demasiada prensa catalana en castellano).
    Sobre tu explicacion y tu ejemplo, también me ha encantado. Pero, porque me apetece poner un «pero» es una hipotesis dificil de verificar si no te encuentras con el tipo que hizo esa pintada porque creo que es imposible saber si realmente pone el plural para desambiguar la frase o si lo hace sistematicamente: ahi seria interesante un analisis de su idiolecto para saber en qué contextos concuerda haber y en qué otros no… ya ves como siempre cuelo algo de idiolectos!

    Bueno, y antes de despedirme, decirte que me encanta tu blog, ya lo sabes, y que es un placer leer los articulos y los comentarios de los que te leen.

    Un besico

    PD: le ruego a usted disculpe la ausencia de acentos en mi comentario… es que en este p*to ordenador de mi instituto es muy complicado ponerlos, con lo que me gusta a mi poner acentos incluso donde ya no son necesarios segun la RAE 🙂

  4. Don Olivier, ¡modere su lenguaje! Que aquí entran niños (ni uno solo, en realidad). 😀

    ¡Muchas gracias, me alegro de que te guste! Veo que yo sí que voy a tener que cuidar mis palabras, en teniendo comentaristas tan poco legos y tan exigentes. Pero mi hipótesis no es que el tipo (o tipa, ese manejo del color…) en cuestión usara el plural para desambiguar, creo que lo usa porque es de Valencia y allí este uso es prácticamente sistemático; y que si existe esta opción en la lengua es porque el objeto se ha reanalizado como sujeto en una construcción impersonal. Lo que intento mostrar (malamente, compruebo) es que este fenómeno, subestándar y muy criticado, tiene ventajas comunicativas frente a lo que nos dicen que «debe decirse», pues uno de los discursos más frecuentes para justificar la preeminencia de una variedad frente a otras consiste precisamente en presentarla como más funcional, con más posibilidades significativas y con menos ambigüedades. Que es una tontería como cualquier otra, claro, pues anda que no está el lenguaje lleno de oraciones potencialmente ambiguas que no nos suponen ningún problema, porque no lanzamos oraciones al vacío, sino que las decimos en una situación comunicativa concreta y rodeadas de muchas otras oraciones que suelen eliminar esa ambigüedad. Pero por eso es tan perfecto el ejemplo; porque una pintada en un muro es uno de esos pocos casos en los que apenas hay contexto que nos ayude.

    ¡Otro besico pa vos!

    PD: Queda disculpada tal ausencia. Y por cierto, ¿qué le parece el uso de las tildes en la pintada, en el que solo se emplea la diacrítica?

  5. Hola, Carlota: Muy interesante (y divertido) tu blog, que apenas descubro. En el español del Valle de México, las formas personales de ‘haber’ («habemos muchos que pensamos que esto debe ser así») y la concordancia de plural de haber («habían muchos tamales que se quedaron sin comer de la mañana») son las formas normales, en todas las clases sociales y todos los registros comunicativos, desde una charla (vamos, «plática») en una universidad hasta la sobremesa familiar, por poner dos ejemplos. Mi impresión es que ambas formas son generales en el resto de la República mexicana. Saludos cordiales.

    1. ¡Muchas gracias, Jesús! Sabía que existía en México, pero no sabía que estaba tan extendido en todas las capas y espadas sociales.
      Por cierto, acabo de cotillear un poco Perure Alfonso ¡y promete muy buenos ratos!
      Saludos.

  6. Me encanta descubrir que el pasado en -emos («ayer pasemos por aquí») aparece también en el Levante y en Toledo. Para mí es uno de los supuestos «solecismos» más inteligentes que ha dado nunca el español coloquial, y es una pena que no diera el salto al normativo. Hace el idioma más regular («yo pasé / nosotros pasemos»), y resuelve una ambigüedad patente entre dos formas tan comunes como el presente y el indefinido.

    Y es que además, por lo que veo, está super extendido. Yo lo documenté en el habla antigua de Bilbao («Aborresidos de andar / corre que te corre el pueblo / nos marchemos cada cual / como un chimbo a su abugero»). Vi que estaba también en Guipúzcoa (Orio), Navarra (Eslava), y me suena que en la Rioja, y García de Diego dice que es característico, en general, del español popular. Estoy por empezar a emplearlo en el habla diaria, a ver qué pasa :)))

Responder a Olivier Iglesias Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *