Veintidós personas, ocho días, sesenta y dos pueblos y unos dos mil doscientos kilómetros de coche. Números muy altos, que resumen la vuelta de las hordas de filólogos a Andalucía, esta vez para encuestar Cádiz, Sevilla, el este de Málaga y el norte de Córdoba. En abril ya les conté de qué iba el tema y no quiero repetirme, sobre todo porque estos números también resumen el nivel de entrecerramiento de los ojos míos y porque en existiendo los hipervínculos, es tontería.
Enclaves encuestados en la campaña Andalucía 2012 del COSER
Una vez más, munchas personas amabilísimas mos han admitido en sus casas y han compartido unas cuantas de historias con nosotros, regalándonos su tiempo y sus palabras. Palabras muy sorprendentes, por cierto. La vorágine fonética que caracteriza al andaluz (con su ceceo, su seseo, su heheo, sus aspiraciones, sus neutralizaciones de /-l/ en /-r/, etc.) ha frenado el estudio de su morfosintaxis, que es lo que nos interesa más a nosotros. Así que nos hemos pasado la semana eufóricos, compartiendo “descubrimientos” sobre pronombres, cuantificadores, orden de palabras… Y posesivos. Mayormente posesivos. Porque, ojú, qué posesivos. En resumen, que lo bemos pasado poco bien.
Esta vez, en el bando de los filólogos habíamos mucha gente con experiencia previa (incluso algunos grandes iconos del COSER), pero también algunos primerizos: aprovechando el CIHLE pudieron apuntarse algunos profesores de otras universidades. Voy a mentar al equipo al completo en riguroso orden al azar: Paula, Quique, Ana, Víctor, Inés, Gema, Álvaro, Yanina, Sergio, Piedad, Fernando, Olga, Mónica, Puri, Irene, Miriam, Bea, Mauro, Javier, Araceli, Emeli. Gracias a todos, porque me lo he pasado en grande con ustedes. Y en cuantito que la tenga en mi poder, pongo la fotillo de grupo, no se vayáis a impacientar.
Acabo con una de mis palabras favoritas del viaje: trespasaomañana (que es el día después de pasado mañana).